domingo, 10 de noviembre de 2013

Llamar a las Hadas

Si uno quiere acercarse a las hadas y poder interactuar con ellas primero debe conocer ciertas reglas.
Ellas son unos seres tímidos, cerrados, tiernos, que disfrutan de la naturaleza y por lo tanto tienen un cierto reparo en cuanto a acercarse a los hombres.
Si quieres ganarte la simpatía de ellas tienes que ir con buenas intenciones, con un corazón puro como los niños, sin maldad, no querer llamarlas para pedir cosas que no estás dispuesto a retribuir. Hay que saber que son muy desconfiadas con nuestra especie, así que bajo ningún concepto te presentes en su área con la intención de hacer daño a la naturaleza, ya que ella es su hogar.
 En la tradición hay varias historias sobre cómo llamar a las hadas, he recopilado algunas de las que he encontrado:

* Haz un círculo en el suelo del campo con una rama (nunca arrancarla) en sentido de las agujas del reloj. Disponte de una representación de cada uno de los elementales. Pueden ser cuatro saquitos, uno con tierra, otro con aire o perfume (aire), otro con agua y otro con incienso (fuego). Trae un regalo para la hada que quieras llamar, (puedes hacer un dibujo u una figurita con plastilina de una sílfide). No está de más intentar atraerla con comida que las tienta, como el jengibre. Luego solo has de invocar a los elementales, puedes hacerlo de varias maneras pero esta es una forma común:

¡Espíritus Elementales, acérquense a mí!
Gnomos, compartan su humor conmigo.
Ondinas, jueguen en mi presencia.
Silfos, que la brisa me acaricie.
Salamandras, muévanse en las llamas de las velas.
¡Espíritus Elementales, Gracias por venir!
A continuación llama a la que desees que asista pero recuerda, son ellas las que se muestran y si no quieren no hay nada que hacer excepto persistir en el intento. Lo más importante es que creas en ellas si no es un juego tonto.
Al acabar abre el círculo con el palo y vuélvelo a cerrar una vez que estés fuera. Las leyes de la magia nunca rompen los círculos de energía, siempre se han de abrir o cerrar, nunca romperlos.




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