Según su leyenda, los duendes habitan principalmente en
casas antiguas, bodegas, iglesias, subterráneos y áticos, pues corresponden a
espíritus domésticos. Asumen características de físicas de niño y de anciano,
usando trajes semejantes a túnicas y a los empleados por los arlequines. Según
la etimología española (que no parece coincidir siempre con la inglesa en el
concepto de este personaje), su nombre provendría del apodo "Duen de
Casa" o "Dueño de Casa". Suelen aparecer en los relatos
remendando zapatos, trabajando en minas o incluso asistiendo a otros personajes
míticos como el viejo pascuero en la confección de juguetes. El folklore dice
que causan sustos más por diversión que por maldad, provocando ruidos o
extraviando intencionalmente objetos.
A diferencia de los duendes, son llamados gnomos más propiamente
aquellos de la mitología ligada a los bosques y al paisaje exterior, pues
representan espíritus o genios de la tierra de aspecto senil o, por el
contrario, sumamente infantil y tierno. Eran seres recurridos entre los
cabalistas y los magos, generalmente asociados a algún principio u objetivo
mágico concreto. Ha sido con el correr de las épocas que los gnomos han
terminado asociados al aspecto clásico tipo "pitufo"
("smurfs") de orejas puntiagudas y habitante de los hongos; de seres
diminutos vistiendo sombreros de cono y calzado puntiagudo. Los gnomos
provienen, fundamentalmente, de la mitología inglesa, irlandesa y goda.
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