viernes, 18 de octubre de 2013





Recuerdas?? Cuando siendo aún un niño, podías creer en hadas, en duendes, en sirenas que vivían bajo el mar y en gnomos que hacían su casa en una seta. Creías en la magia, en todas sus vertientes, y eras capaz de imaginar un mundo donde podías salir volando de tus problemas. Si es que aquello eran problemas. Quizás te llegabas a cuestionar como Superman podía volar y tu no, pero no dudabas nunca en sus poderes ni en las telas de araña de Spiderman, y en tu despreocupada imaginación veías que debajo de cada piedra podía esconderse algún elfo que estaba esperando a que te fueras para salir corriendo a su seta-casa con las semillas que había recogido para su cena. Lamentablemente, si seguías creyendo en hadas después de los 15 años, o te tomaban por retrasado o por ilusionista. Y dejaste de creer porque jamás viste un elfo ni nada que se le pareciera.
Lo curioso es que después de los años la gente ha seguido creyendo en cuentos y en fábulas, pero para no ser tomados por locos lo han disfrazado con un nombre, religión. Ha sido la única manera donde algunos han tenido el beneficio de seguir creyendo sin que hayan sido tomados por tarados.
Cada uno ha sido libre de elegir su condición, pero de todas formas no es aconsejable decir que Gandalf el Gris es tu gurú o mentor porque esa religión no está reconocida por las demás, por lo consiguiente seguirás siendo un ilusionista chiflado porque tu religión no es válida ni tiene fundamento para creer.






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